Blog

El paro puede sacar lo mejor de tí... o lo peor. Tú decides.

Como ex-desempleado, soy completamente consciente de lo complicado que es mantener una actitud estable y positiva durante un proceso de desempleo que se prolonga.

Todo el entorno que nos rodea contribuye a generar una sensación poco halagüeña;  sobretodo,  con lo que leemos en blogs, tertulias políticas, conversaciones con amigos, etc. Es decir, el pesimismo y la negatividad suelen inundar la mayoría de nuestras reflexiones y percepciones.

everest

Sin embargo, estar en el paro puede convertirse en una de esas situaciones en las que podemos sacar lo mejor de nosotros y mantenernos como témpano ante todo el acaloramiento y ambiente hostil de este país. Todos sabemos que hay muy pocas ofertas, que hay mucha precariedad al amparo de la crisis y que hay pocas posibilidades para muchos colectivos, como el de mayores de cuarenta y cinco y jóvenes sin cualificar. Todos partimos de un contexto poco prometedor y lo peor es que tenemos la sensación de que cada día va a peor.

Teniendo en cuenta estas premisas, tenemos dos opciones de actuación durante nuestro paso por el paro:

A)     Deprimirnos y quejarnos permanentemente de la vida. Identificar culpables de nuestra situación, ajenos a nosotros mismos y permanecer casi quietos realizando una búsqueda superficial y poco rigurosa de un nuevo empleo.

B)      Optimizar los recursos de búsqueda de empleo, realizar actividades fuera de casa ajenas a la búsqueda, formarnos, analizar nuestras debilidades y fortalezas y sobretodo ser conscientes de que sólo nosotros forjamos nuestro destino y  saber que es difícil, pero no imposible.

Yo personalmente me quedo con la opción B. Es simplemente una elección. El paso por el paro nos permite muchas elecciones y también nos permite sacar lo mejor de nosotros. Por eso, podemos convertir el desempleo en un proceso transformador siempre que tengamos una mínima capacidad de autocrítica, mejora personal  e introspección de nuestros valores.

El camino fácil es quejarse y permanecer viendo la tele o ante el ordenador sin hacer nada constructivo y perdiendo un tiempo que, durante el paro, vale más que el oro. Por eso, os invito a que deis lo mejor de vosotr@s mism@s sin miedo. Buscad vuestra propia vocación e invertid el tiempo y el esfuerzo necesario para lograrlo.

Algunos me diréis que son solo buenas palabras, y es cierto: las buenas palabras y pensamientos son solo el principio para encarrilar nuestros actos a nuestros objetivos. ¡Pruébalo!

Por último, recuerda esta frase de Rudyard Kipling: “el éxito y el fracaso son dos grandes impostores y hay que recibirlos con idéntica serenidad y saludable punto de desdén.

Noticias relacionadas